Primer concierto en espacio grande que voy a ver desde que esta maldita pandemia nos ha golpeado, y si en 2019 lo acabé con el canadiense, este 2022 lo inicio también con él.
Es como si el tiempo se hubiera parado, que viendo lo que nos está cayendo estos días casi hubiera sido lo mejor. El show de Bryan fue soberbio, de una calidad y una elegancia digna de mención. La interpretación de los clásicos se produjeron tal y como en el 2019 con una fidelidad a los originales y con una maestría absoluta.
El Wizink tuvo una entrada muy aceptable, recordemos que estábamos al 75% del aforo, se llenó, el público pues de lo mas variopinto, desde aquellos que van porque hay que ir, a los que solo conocen los hits de las radio fórmulas y sacan los móviles con lucecitas a todas horas, a los viejos rockeros que venimos disfrutando de este señor desde mediados de los 80 . Hay de todo en la viña del Señor, por lo que si te abstraes de lo que te rodea el show es muy disfrutable. Solo le puedo achacar que repite con la gira del 2019 los mismo gags y presentaciones , pero bueno, eso es un mal menor , si la interpretación de los temas es tan exquisito como demostró esta fría noche en Madrid
Los videos que proyecta en las pantallas traseras fueron muy similares a los de giras pasadas, pero apoyaban muy bien los temas, nada que objetar.
La voz de Adams, entre ronca y rota hace que te lleve a otros momentos mas felices del pasado, para mi fue un soplo de aire fresco. Keith se salió con la guitarra poco se puede decir de este señor que no se haya dicho ya en los foros apropiados, desde primeros de los 80 acompañando a Bryan , fiel compañero de viaje como Little Steven con el Boss.
Yo solo puedo agradecer a Bryan que haya venido en estas circunstancias y nos haya alegrado los días y sobre todo que nos haya hecho recordar un show de los de antes .
Si mañana viniera otra vez con el mismo show , ahí estaría .
No hay comentarios:
Publicar un comentario